“Si los medios cambiasen el discurso sobre las mujeres no habría violencia de género”

Pilar López Díez, periodista y experta en el tema, analiza el tratamiento del caso Bretón -el padre que asesinó a sus dos hijos, Ruth y José- en los medios de comunicación. En esta larga entrevista también aborda el papel del periodismo en la prevención de la violencia y los mitos de la cultura popular que reproducen la subordinación de las mujeres.

Patricia Reguero Ríos 

España, Madrid – “Faltan artículos de opinión que cambien 180 grados el análisis de los hechos de violencia de género -no nos contentamos con que se diga que asesinó por venganza y despecho- y faltan artículos de opinión sobre la necesidad de asegurar la libertad de las mujeres en cualquier relación en la que se encuentren”. Así resume Pilar López Díez sus ideas después de casi dos horas de entrevista. Es Licenciada en Periodismo, Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y autora de Los medios y la representación de género: Algunas propuestas para avanzar, La violencia contra las mujeres desde la perspectiva de género en el programa Tolerancia Cero de Radio 5 y Representación de la violencia de género en los informativos de TVE 2006, entre otros informes. Considera que en España hubo avances tangibles en el tratamiento informativo de la violencia de género gracias al trabajo de los movimientos de mujeres. Hablamos con ella del caso Bretón.

– ¿Considera que la confirmación de que los niños Ruth y José fueran asesinados por su padre puso en evidencia que todavía existe socialmente una naturalización de la violencia de género?

– Claramente, sí. Muchísimos actos de violencia que se cometen contra las mujeres -muchísimos, no todos-, son por las posiciones del patriarcado, por lo que se le ha permitido a los hombres hacer a las mujeres. ¿Se les ha permitido? ¿En pasado? No: se les permite. En presente.

– ¿Ha encontrado en los grandes medios explicaciones del caso Bretón como un crimen de violencia de género?

– He analizado alrededor de cien artículos sobre el tema y se puede decir que hay tratamientos muy distintos. Por ejemplo, en La Vanguardia del 27 de agosto del 2012 leemos: “El tesón de una madre da un vuelco a la investigación”. Reconoce lo que todo el mundo sabe que Etxeberria (el perito forense externo quien demostró que los huesos eran de dos niños) había sido contratado por la familia materna. En cambio, El País del día 30, en la página 4 del suplemento del domingo dice: “Una casualidad cambió el rumbo de los acontecimientos con la intervención de dos paleontólogos a mediados de agosto”. Aunque el reportaje firmado por Luis Gómez y Manuel J. Albert termina bastante bien, los periodistas afirman que es “una casualidad” lo que ha hecho dar un vuelco a la investigación: no reconocen los méritos de las mujeres, en este caso de una madre que pide dos informes más.

– Si los medios de comunicación cambiasen el discurso sobre las mujeres y respetasen a las mujeres y a lo femenino de la misma forma que respetan a los hombres y a lo masculino, y si, además, la educación fuera igualitaria, no habría violencia de género. Con actuaciones de este tipo se fortalecen las ideas de la supremacía masculina, que son, precisamente, las que a un hombre mediocre, como Bretón, les dan alas para imponerse cueste lo que cueste y mate a sus hijos.

LOS MEDIOS NO SON PLURALES: EXCLUYEN LAS IDEAS FEMINISTAS

– Entre los artículos claramente posicionados está el de Miguel Lorente, Paternidad Criminal, un experto en la materia. ¿Hay resistencias en los medios a analizar la información desde una perspectiva de género?

– Sí, no está presente un análisis feminista que dé claves a la audiencia sobre por qué se producen estos asesinatos. El principal objetivo de los medios es formar, informar y entretener, y, como dicen los estatutos de la BBC, por este orden. Aquí niegan totalmente que los medios de comunicación tengan que formar. Y, ¿qué son las televisiones privadas? Son concesiones administrativas: unos individuos que ganan mucho dinero porque el Estado les ha cedido unos derechos de explotación. Por tanto, al Estado le podemos demandar que exija a los medios de comunicación, por lo menos, que sean plurales. Y no son plurales porque excluyen a quienes tienen ideas feministas.

– ¿Cree que ese ocultamiento de la perspectiva de género se hace de forma consciente?

– Totalmente. Si estuviese hablando hace quince años, diría que no. Por ejemplo, desde el año 2002, y hace diez años de esto, RTVE publicó un decálogo sobre violencia contra las mujeres en los medios de comunicación, con un artículo que firmo, donde se recoge que se pueden hacer dos formas de periodismo: un periodismo plural, respetuoso con todas las personas, y uno cargando las culpas, como hace la sociedad patriarcal, siempre sobre las mujeres.

Una de las impresiones es que en el tratamiento de la violencia de género de mujeres maltratadas por su parejas o exparejas ha habido un cambio muy grande, pero no así en otro tipo de violencia de género, como los feminicidios vinculados o los feminicidios por prostitución. ¿Se ha quedado corto el trabajo de sensibilización?

– Los grandes cambios sociales son progresivos: hace veinte años, ninguna feminista de España hubiera pensado que la portada de un periódico de ámbito nacional publicaría a cuatro columnas el asesinato de una mujer a manos de su marido. Y, sin embargo, haciendo hemeroteca compruebas que más de un periódico lo ha hecho y más de un telediario ha abierto con un caso de violencia de género. Lo que ocurre es que los medios avanzan poco a poco; mucho más lentamente que la sociedad. Hoy creo que ya no es posible dar marcha atrás y callarse los casos de violencia en relaciones de pareja, sobre todo porque estos hechos están consolidados en las rutinas productivas de los medios. Sin embargo, tienes razón cuando echas en falta que se informe sobre los feminicidios de relación (recuerdo un caso, aquel en que un asesino, en Mallorca, en 2005, mató a una mujer porque esta trató de defender a una mujer discapacitada).

Los medios de comunicación deberían dar un paso adelante, asumir un mayor compromiso categorizando como violencia de género también cuando un prostituidor mata a una prostituta (como sabemos que pasa). Y no hay que olvidar que es una deficiencia de la Ley contra la Violencia de Género que no contempla el asesinato de una prostituta como violencia de género ni el de una estudiante que se niega a pasar los apuntes a un compañero, quien termina asesinándola (este hecho pasó hace unos años en la universidad SEK, en Segovia). Ni, por supuesto, los casos de los niños Ruth y José.

– A raíz del caso Bretón se han visto reportajes sobre padres y madres que asesinan a sus hijos. Pero: ¿matan los padres a sus hijos por las mismas razones que lo hacen las madres?

– Lo que hay que hacer es tratar por todos los medios de que la gente que hace la información tenga formación. Los periodistas que dicen que es lo mismo un asesinato de un hijo o hija cometido por un padre que uno cometido por una madre, lo único que tienen que preguntarse es algo que siempre dice Lorente: cuál es la intencionalidad del padre y cuál la de la madre. Son distintas. La intencionalidad de Bretón es someter, hacer cambiar de opinión a la madre para que siga con él, ni siquiera es hacer daño. Bretón asesina a su hija y a su hijo para decir: “tú vas a seguir toda tu vida controlada por mí; toda tu vida te vas a acordar de mí”. La intencionalidad en las mujeres no tiene nada que ver. Una mujer no mata para controlar y someter al marido; en los casos excepcionales de mujeres parricidas la intencionalidad se ha visto que puede ser evitar el sufrimiento de los niños en manos de un padre como Bretón.

LOS MITOS QUE REPRODUCEN LA SUBORDINACIÓN DE LAS MUJERES

– Uno de los mitos de la violencia de género es el que se considera que el maltratador puede ser un buen padre. Otro mito que menciona en su libro ‘Deporte, mujeres y medios de comunicación’ es el de la supuesta rivalidad entre mujeres. ¿Qué otros mitos difundidos por los medios sirven de cimiento al patriarcado?

– La vida de las mujeres en esta sociedad está asentada sobre mitos. Las mujeres basan su felicidad en mitos: encontraré (porque todas lo creen así) a un hombre que me querrá, que me apoyará, con el que tendré hijos que él querrá…Y estas ideas, a fuerza de ser repetidas y repetidas, anidan en las mentes de las mujeres menos avisadas. Porque lo que es cierto es que las mujeres no están avisadas. Ruth no estaba avisada. Es hoy cuando les dice a sus hijos, Ruth y José, que no tuvieron padre; porque hoy sabe que él los asesinó. Las masas, las mujeres normales y corrientes no están avisadas, que para mí es un término que deberíamos utilizar muchísimo más: hay que avisar a las mujeres de con quién se relacionan.

La cultura popular y también los medios de comunicación, especialmente los audiovisuales, presionan a las mujeres para que encuentren un hombre que supuestamente las quiera. Es decir, las mujeres, las chicas jóvenes deberían estar avisadas de que pueden encontrarse con maltratadores, aupados sobre la base de una masculinidad prepotente y misógina, que son las características de la personalidad de los maltratadores, que son individuos que piensan en él, en él y solamente en él. Hay que avisar a las chicas jóvenes y a las mujeres que tienen conciencia de hembra, es decir, que conciben su proyecto de vida en función de dar y preservar la vida, nutrir y apoyar, que por su bien y el de sus hijas e hijos, tienen que estar alertas. Y esto solo se puede hacer masivamente, desde los medios de comunicación.

– ¿Y desde las instituciones?

– No podemos pedir a las niñas de 13 años, cuando empiezan a tontear con niños, que vayan a la biblioteca a leer un libro de teoría feminista para ver qué se esconde detrás del amor romántico…Ni a una mujer de 25 años, ni de 30 ni de 50. El papel de avisar, es decir, de formar a la ciudadanía, corresponde a los medios de comunicación. Las instituciones tienen para mí otro papel que es fundamental, y ahí tenemos que hablar del Consejo Audiovisual Estatal, de un consejo independiente audiovisual, que tenga como misión enfrentarse a los intereses económicos de los medios de comunicación y construir otros contenidos que ayuden a las personas a ser más libres.

– ¿Qué está pasando en RTVE (la televisión pública)? ¿Hay censura con el gobierno actual del Partido Popular?

– Si hiciésemos un análisis de los informativos de antes y otros de los de 15 días después del cambio de responsables de informativos, veríamos que han habido cambios en los contenidos: ahora hay muchos más sucesos (cuidado, la violencia masculina contra las mujeres, no es un suceso). Censura ha habido siempre y yo confío en que pese a ello se sigan haciendo algunas cosas bien, como es seguir manteniendo la presión contra los maltratadores, informando y haciendo debates interesantes, plurales, que avisen a las mujeres.

He estado toda la vida preocupada con los contenidos de la televisión, tanto pública como privada, pero especialmente la pública, por su función de servicio público. Confío en que la profesión periodística se siga formando en igualdad y, así, mejoren los contenidos. Creo en el cambio de conciencia de la profesión periodística sobre la base de conocimiento.

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