Trol machista: moretones virtuales

Acoso sexual, imágenes de violencia explícita contra las mujeres, amenazas de muerte y fantasías de violación. El mundo digital se alía con el anonimato para servir de soporte a expresiones machistas desautorizadas socialmente. El tolerado «troleo» raya en ocasiones el delito. “Si alguien dice que te va a matar, es una amenaza y hay que denunciar”, explica la Policía. Para la escritora Beatriz Gimeno, estos troles “son el equivalente al maltratador”.

 

Patricia Reguero Ríos 

España, Madrid – El acoso fue, primero, verbal. A través de comentarios en Youtube, un grupo de troles hizo ver a Anita Sarkeesian que no les gustaba lo que hacía. Luego, fueron a por la imagen: eligieron el perfil de esta licenciada en Comunicación y máster en Pensamiento Político y Social para cambiar el retrato que ilustraba su perfil por la de una mujer con un pene en la boca. El tercer paso incluía hasta conocimientos de programación. A principios de julio, circuló en varios foros un “videojuego” en el que el objetivo era amoratar y hacer sangrar una imagen de esta feminista, que publica en su web vídeos en los que hace crítica de la cultura popular con perspectiva de género. Con el nombre ‘Golpea a Anita Sarkeesian’, la aplicación invitaba a quienes quisieran usarla a “golpear a esta puta en la cara”.

El anonimato, la tolerancia al trol que se da en la red y la dificultad para establecer el límite entre el «troleo» y la amenaza son algunos factores que hacen de los entornos virtuales un campo abonado para el trol machista.

EL TROL Y EL ANONIMATO

Pero, ¿qué es un trol? De momento, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) solo registra una acepción para la entrada ‘trol’: “Según la mitología escandinava, monstruo maligno que habita en bosques o grutas”.

El diccionario Netlingo, en cambio, contiene esta detallada acepción de ‘troll’ : “Online, era originalmente el acto de postear un mensaje en un grupo de noticias (y más tarde en un blog) que obviamente exagera algo sobre un tema en particular, esperando hacer caer en la trampa a un novato. En general, ‘trolear’ significa pescar […]. Los troles de Internet son gente que pesca a otra y trata de explotarla […]”.

Así, hay troles estúpidos, molestos, graciosos, pesados, estratégicos. Hay hasta troles falsos, manipulados, interesados y humoristas con miles de seguidores y reconocidos por su creatividad e ingenio. Y también existen troles machistas, que utilizan el anonimato y la impunidad de la red para dar rienda suelta a su misoginia.

“El machismo no es una característica específica de los troles sino de nuestra sociedad y entre los perfiles de Twitter abundan las actitudes políticas machistas, sobre todo entre los hombres de la derecha”, asegura la diputada de IU en la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez, que ha sido troleada repetidas veces. “Es hasta cierto punto normal: muchos tíos han sido educados para mandar y dominar en política y que una mujer, joven, de izquierdas y de cole público les confronte y demuestre que puede ser mejor que ellos les produce una enorme frustración sexual”, asegura.

La escritora y activista Beatriz Gimeno también percibe en los insultos que le dedican por su actividad en la red un perfil definido. “Casi todos los troles que tengo son machistas”, dice.

¿Se atreverían estos troles a proferir sus insultos en público? ¿Es el anonimato condición para que la aparición de troles machistas? Gimeno considera que estos troles se esconden en el anonimato “porque el machismo está deslegitimado socialmente”. “Estas personas que no han dejado nunca de ser machistas llevan años ocultando lo que verdaderamente piensan de las mujeres o de las feministas”, explica. “Ya no se puede despotricar contra una mujer que manda porque puede que su jefa sea una mujer y tengan que tener cuidado, o puede que sus propias parejas les demanden otro comportamiento; por eso se esconden en el anonimato”.

También para Sánchez el anonimato es determinante en la proliferación del troleo machista. “El anonimato demuestra la cobardía y la miseria moral del que insulta; mis compañeras y yo defendemos nuestras ideas y peleamos por lo que creemos con nombres apellidos y nuestra foto, expuestas y nos encontramos chulitos anónimos que se sienten protegidos por el anonimato”, asegura.

Por eso, para ella, “romper el anonimato y que la gente pueda ver el verdadero rostro del machismo es el objetivo que persigo con mis denuncias”. ¿Se atrevería su trol @EnEstadoDGuerra a decirle en persona que desea verla “morir por violación anal por bate de béisbol cubierto de zarzas”?

En un ensayo del profesor de psicología John Suler publicado en 2004, ‘The Online Disinhibition Effect’ (citado en la tesis Troll Culture, de Stefan Krappitz), este autor establecía algunas condiciones como determinantes del comportamiento en Internet. En primer lugar la invisibilidad y, con ella, el anonimato. En segundo lugar, la asincronía, que permite dejar un comentario y marcharse, estableciendo cierta distancia. En tercer y cuarto lugar, la proyección subjetiva, que se produce al asignar al interlocutor invisible características que suponemos, que proyectamos, que deseamos y la imaginación disociativa, es decir, la capacidad de separar entre lo que hace online y lo que se hace fuera de Internet, desconectando una personalidad de la otra. Por último, minimización de la autoridad o ausencia de la misma, al desaparecer en los discursos online las jerarquías habituales.

Estas características, y muy especialmente el anonimato, son imprescindibles para la actividad del trol. Lo necesita, ya que su dedicación principal es generar mensajes provocativos en foros, redes sociales o cualquier otro lugar de libre publicación en Internet. Y son determinantes para la aparición de troles machistas.

LA ESCALADA DE VIOLENCIA… VIRTUAL

En el caso de Anita Sarkeesian, el acoso empezó cuando, a principios de junio, puso en marcha una campaña de microfinanciación para sacar adelante un proyecto en el que analiza los estereotipos de género en los videojuegos. El elemento natural de Sarkeesian son los vídeos: a través de ellos hace crítica cultural con perspectiva de género desde su web.

El ataque contra Sarkeesian muestra un paralelismo con la violencia de género no virtual, se pueden identificar varias fases en las que el grado de violencia aparece en escalada ascendente:

  • En una primera fase, la violencia se produce de forma sutil, psicológica. El agresor menosprecia lo que hace la víctima. Lo considera ridículo y así lo hace ver en público.
  • En una segunda fase aparece la violencia verbal. El agresor denigra, insulta y llega a describir cómo ejercería la violencia física sobre ella.
  • En una tercera fase se produce de hecho la agresión pero también lo hace de forma gradual. Puede empezar con un pellizco o un tirón de pelo hasta la posibilidad de llegar, en su grado máximo, al asesinato.

Así, cuando a principios de junio aparecieron comentarios sexistas en un vídeo que había colgado en Youtube, parecía que no había motivo para la alarma. Los troles llegaron a este vídeo probablemente de forma coordinada (el tono y la forma es similar, y se produce una avalancha de comentarios en unas pocas horas), “desde los típicos ‘chistes de sandwich y cocina hasta amenazas de violencia, muerte, acoso sexual y violación”, dice Sarkeesian.

En un segundo ataque, entra en juego el uso de la imagen. Aparecen fotografías de ella manipuladas, alguna de una forma más sutil y que pueden confundirse con cierto estilo de humor-trol muy tolerado en Internet, otras explícitamente sexuales, y otras explícitamente violentas.

En la tercera fase, aparece el videojuego que invita a golpearla en su cara: primero, un ojo morado. Luego, un labio partido. Finalmente, su nariz empieza a sangrar y apenas puede abrir un ojo tras varios golpes: la persona que juega ha conseguido la máxima puntuación.

“La manipulación humorística con PhotoShop, las viñetas y los montajes de imágenes con textos son una parte legítima e importante de un discurso político online saludable, especialmente si son usados para retar a instituciones poderosas, líderes o normas sociales regresivas”, explica Sarkeesian en un post. Pero “el acoso basado en la imagen que estoy poniendo en cuestión aquí no es parte de ningún discurso legítimo sino que cae de lleno en la categoría de abuso misógino. Es una distinción crucial y se pone en evidencia por el hecho de que de todas las imágenes están atacando mi género o mi presunta sexualidad y se basan fuertemente en estereotipos sexistas preexistentes”.

¿En qué momento acaba el troleo y empieza el delito? Beatriz Gimeno dice no haber sentido una amenaza de agresión física. Cree que sus troles “son cobardes y, posiblemente, si me vieran de cerca no se atreverían a decirme a la cara lo mismo que me dicen cuando se esconden”. “Personalmente, y sé que hay mucha gente en desacuerdo, las amenazas directas se deben denunciar pero los insultos –por muy brutales que sean- son el riesgo que hay que correr por unas redes sociales libres”. Gimeno asegurar preferir aguantar insultos “en libertad” a encontrarse con “una red controlada”. “La seguridad completa no existe y, si existe, el precio es demasiado alto”, asegura Gimeno, que cree que el insulto “es inevitable y no debe perseguirse penalmente, sino socialmente”. “La consecuencia de la persecución penal sería una sociedad hipervigilada en la que, al final, las que perderíamos seríamos las personas que estemos en posiciones de debilidad respecto a las mayorías (reales o sociológicas): mujeres, LGTB, etnias o razas minoritarias”.

En el mismo sentido se pronuncia Tania Sánchez, quien asume que “cualquier persona con un perfil público se expone al insulto y no hay que dramatizar”. Del mismo modo, Anita Sarkeesian, explica en su blog: “El acoso basado en la imagen es otra arma frecuente utilizada contra las mujeres y contra miembros de grupos marginales online, a menudo en conjunción con otras formas de acoso”.

¿QUÉ ES UN INSULTO MACHISTA?

La humorista Eva Hache, acusada a través de Twitter de “feminazi”, recibió poco después amenazas de muerte: “Puta muérete” o “voy al teatro y te apuñalo delante de todo el mundo”, son dos de los mensajes dirigidos a ella en Twitter, inmediatamente denunciados.

A Tania Sánchez también le han dicho que es “una zorra rabiosa que merece morir aplastada”. Las alusiones a una penetración violenta o no deseada parecen enlazar con un escenario de violación, una forma de violencia de género.

Reciente es también el acoso a Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, a quien un número no desdeñable de usuarios de Twitter dedicaron la etiqueta #putacifuentes y #callaputa, junto a violentos comentarios.

¿Cómo es un insulto machista? Consideraciones al aspecto físico (sus troles se preguntan por qué lleva maquillaje y les parece que es una “puta” porque lleva “camisetas escotadas”), sobre la supuesta inferioridad de las mujeres (los videojuegos son para hombres porque implican inteligencia, insinúa uno) y el clásico “puta” (bitch) y “chocho” (cunt) forman parte del argumentarlo de los troles de Sarkeesian.

Para Gimeno, estos troles son “muchas veces, además de machistas, personas que han pasado por procesos de divorcio o separación en los que ellos consideran que han perdido, que han sido maltratados, que las leyes nos les protegen a ellos sino a las mujeres”. Para ellos, el feminismo y las feministas son objetivo frecuente, añade Gimeno. Y va más allá: “Creo que son el equivalente del maltratador, sólo que estos no se atreven a pegar o, al menos, no pueden pegar a todas las mujeres que quisieran”.

TO FEED O NOT TO FEED

Hay varios tipos de trol. Netlingo establece cuatro categorías:

  • Troles de juego: un trol individual que juega un simple y corto juego. Son fáciles de identificar porque su provocación es muy evidente.
  • Troles tácticos: este trol se toma el juego más en serio, crea un personaje creíble para ganarse la confianza de otros y provoca conflictos de una forma sutil.
  • Troles estratégicos: una forma de juego muy seria, que implica la construcción de una estrategia que puede durar meses. También puede implicar la participación de varias personas.
  • Troles de dominación: La estrategia del troleo se extiende a la creación de listas de mailing aparentemente honradas.

Pese a la molestia que, en principio, supone un trol, y su definición desde un punto de vista negativo en Netlingo, el trol puede ser también utilizado como estrategia para generar actividad. Hay incluso troles con ingenio cuyas cuentas de Twitter están en los ranking de mejores cuentas humorísticas.

¿Qué hacer con un trol no deseado? Anita Sarkeesian escribió esto entre los mensajes de sus acosadores en Youtube:

“Por favor, nótese: He dejado los comentarios abiertos en este vídeo como una forma de mostrar por qué es tan importante este tema. Me disculpo por anticipado por el discurso de odio e ignorancia que surgirá inevitablemente aquí abajo. Así que, no alimentéis al trol, excepto, quizá, para agradecerles por probar a todo el mundo que el sexismo en los videojuegos es de hecho un gran problema”.

Ella decidió visibilizar al trol machista.

Siguiendo la consigna extendida en las redes, la de “no alimentar al trol” (“don’t feed the troll”), Gimeno opta por ignorarlos. “Aunque yo recibo muchos comentarios machistas, nunca les doy entrada en mis post y cualquier comentario es moderado siempre. En general, estos comentarios ni siquiera los leo. En cuanto veo lo que son los borro, es lo mejor para no preocuparse ni pensar en ello”, indica.

Cifuentes ignoró a sus troles hasta que las amenazas crecieron: “Que me digan puta me importa poco o nada, pero que me van a pegar un tiro, pues no”, declaraba a Punto Radio. El 28 de mayo, Cifuentes interpuso una denuncia.

Sánchez asegura que suele seguir también esta consigna. Sin embargo, hasta el momento ha interpuesto ya dos demandas contra un usuario concreto de Twitter: “Hasta donde llega mi información, tiene al menos dos querellas más y ha sido identificado con nombres y apellidos en varios medios de comunicación”, explica. “A día de hoy la cuenta de este sujeto sigue activa, y sigue insultando y amenazando y lo que es peor, sumando adeptos que siguen sus pasos seguramente animados por la sensación e impunidad absoluta con la que actúa”. De hecho, hace días “un seguidor de este individuo amenazaba a mi compañera de IU Maite Molina. Suma y sigue”, explica Sánchez.

Si Gimeno interpreta que este tipo de troles mantienen similitudes con un maltratador, Sánchez considera que “cualquier reacción violenta tiende a la escalada si no se la frena, y sólo hay dos maneras de frenarla, con más violencia o con una respuesta política contundente y con el peso de la ley”.

“La sensación de impunidad confiere mucho poder a los violentos y no podemos consentir que el miedo desempodere a las mujeres”, zanja Tania Sánchez.

Quién es el trol machista

Ben Spurr

El autor del videojuego ‘Golpea a Anita Sarkeesian’, @Bendilin en Twitter, se defendió diciendo que “el problema es que se ha visto como violencia contra las mujeres y no como violencia contra las personas”. Su “juego” circuló durante 24 horas en la red. Fue retirado.

http://www.gameranx.com/features/id/7810/article/ben-spurr-makes-game-advocating-physical-violence-against-anita-sarkeesian/

@EnEstadoDGuerra y @10gosub1000

El primero es autor de insultos como “zorra roja rabiosa que merece morir aplastada”. El segundo colgó en la web un documento con datos personales de la diputada en la Asamblea de Madrid Tania Sánchez. Ambas cuentas siguen abiertas pese a las denuncias de Sánchez.

www.ministeriodeequilibrio.com

Algunos troles de Beatriz Gimeno proceden esta página web, que contiene, entre otros muchos, este comentario en sus foros:

(…) eso es la mujer, un PARÁSITO dañino que con su veneno hormonal, psíquico, su voz mágica, sus movimientos consigue instalarse y adueñarse de la voluntad del hombre.

@Pelayo_Gil

Tras dirigir a Eva Hache el tuit “Voi al teatro i te apuñalo delante de todo el mundo”, este tuitero fue detenido en Marbella.

 

Qué hacer

“Si alguien te dice que te va a matar, es una amenaza”, asegura la Policía Nacional. Según el artículo 169 del Código Penal una amenaza de este tipo podría suponer una pena entre uno y cinco años de cárcel en caso de que la amenaza sea condicionada o entre seis meses de cárcel y dos años en caso de que no sea condicionada.

La Policía recomienda acudir a las autoridades policiales y judiciales. “Hoy día tenemos otras vía de comunicación, pero la forma efectiva es la denuncia”, asegura desde el gabinete de comunicación de la Policía. Es recomendable documentar estas amenazas, que muchas veces pueden desaparecer con un simple click.

 

Estás ante un trol machista si tu trol…

-Necesita el anonimato para expresarse, pues el machismo está socialmente desautorizado. No se atrevería en público.

-Tiene un estilo hiperagresivo.

-Se permite amenazas. El distanciamiento y la asincronía que se produce en las relaciones en red facilitan la desinhibición para incurrir en la amenaza, que es un delito penal.

-Utiliza estereotipos de una forma burda y poco argumentada (del estilo “vuelve a la cocina”).

-Se dirige a ti como «puta», el insulto machista por excelencia.

-No consigue formular un argumento o idea sino que te ataca solo por el hecho de que eres una mujer.

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