España, Madrid- Cientos de hombres, mujeres, niños y niñas acudieron a nuestra cita en la Plaza de Agustín Lara. A las ocho y cuarto de la noche el lugar se abarrotó de gente. La música de la batucada y las danzas especialmente preparadas para la ocasión, nos hicieron vibrar durante casi dos horas. Ayer millones de personas en todo el planeta bailamos por el fin de la violencia contra mujeres y niñas. En Madrid lo vivimos con afecto y alegría quienes estuvimos allí. Lo compartimos en esta crónica.
Noemí García Cabezas
España, Madrid – Cientos de hombres, mujeres, niños y niñas acudieron a nuestra cita en la Plaza de Agustín Lara. A las ocho y cuarto de la noche el lugar se abarrotó de gente. La música de la batucada y las danzas especialmente preparadas para la ocasión, nos hicieron vibrar durante casi dos horas. Ayer millones de personas en todo el planeta bailamos por el fin de la violencia contra mujeres y niñas. En Madrid lo vivimos con afecto y alegría quienes estuvimos allí. Lo compartimos en esta crónica.
Una explosión de alegría al ritmo de la música inundó ayer el centro de Madrid. En la Plaza de Agustín Lara, en el corazón de Lavapiés, celebramos el One Billion Rising al son de los tambores de la Batucada dirigida por las chicas de Ashabá. Desde las 19:30 horas empezaron a llegar mujeres y hombres, vecinos del barrio, niños y niñas, paseantes y estudiantes.
Instalamos un altar en memoria de las víctimas de feminicidio y violencia sexual de países de Iberoamérica. Cifras, flores y velas se mezclaban en una pared a la que era casi inevitable sacar alguna foto.
Tambores en medio de la plaza y la gente continuaba llegando. Mientras que la batucada comenzaba a formarse, el público la rodeaba de forma ordenada. Las compañeras de Feminismos Sol coreaban consignas y cantaban. La música comenzó a impregnar cada lugar de la plaza cuando los tambores comenzaron a sonar, a las 20:15. La alegría se veía en la sonrisa de las músicas y de la gente bailando al ritmo de la percusión. Y es que aunque las cifras de violencia hacia las mujeres son espeluznantes, este año el V-Day ha querido reivindicarse dando una vuelta de tuerca a la forma en que nos manifestamos públicamente contra la violencia de género.
Mientras que Ashabá tocaba al ritmo de Zouky, Agnes Simor danzaba con un aro de fuego a su alrededor, el mismo fuego que prendía velas que después se dejarían en el medio de la plaza y en el altar de las víctimas.
Una vez finalizada esta primera parte, se procedió a la lectura del manifiesto en el que se animó a la sociedad a luchar por un mundo sin violencias e igualitario para hombres y mujeres. El manifiesto cerró con la frase “si nos tocan a una nos tocan a todas”, consigna que enseguida las mujeres y hombres que abarrotaban la plaza (unas mil personas) comenzaron a corear.
A continuación, el grupo Grandela Danza se incorporaba a la celebración del One Billion Rising. Vestidas de rojo, las bailarinas que habían escuchado el manifiesto agachadas, se levantaron para bailar y alzar sus manos al grito de “Igualdad”. Comenzaba en esos momentos el flashmob con la coreografía especial preparada para el evento por Carolina Grandela. Quince minutos seguidos bailando, levantando las manos de un lado al otro, alzando el dedo índice, símbolo de la campaña global impulsada por Eve Ensler. Poco a poco las gentes de la plaza fueron uniéndose al baile, era imposible permanecer sin moverse.
Más tarde, Guerreros de Luz del colectivo Mexclarte realizó una danza tribal azteca que representaba a “Tonantzin (Tierra, en lengua Nahuatl), que le rinde tributo a la madre tierra, generadora de vida y energía femenina. El objetivo de esa danza es llamar a la fuerza creadora de la madre tierra, traerla, recordarla, apreciarla, respetarla, perdonarla, amarla y cantarla, según el ritual que interpretaron las y los bailarines.
El momento final fue de nuevo protagonizado por la batucada, que pasadas las 21:30 y por aclamación popular volvió a tocar otro tema. Los pies no podían dejar de moverse, siguiendo los pasos que marcaba la música. Y así, sin dejar de bailar por la igualdad y contra la violencia de género y sexual, con un clima casi primaveral -15 grados- celebramos una noche mágica en Lavapiés, conectados con millones de hombres, mujeres, niñas y niños, que en otras 7.000 acciones en casi 200 países del planeta, nos manifestamos por un cambio de conciencia global y un sueño posible: erradicar la violencia de género y fortalecer el camino hacia una sociedad del buen trato.
Desde Feminicidio.net las y los animamos a continuar cada día con esta lucha y les damos las gracias por hacer grande nuestro particular One Billion Rising.