Informe 2014: El feminicidio y la fractura del Estado de derecho

Primera entrega de ‘Feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres en España, Informe 2014’. Estos cinco casos escogidos para introducción del resumen de los 102 asesinatos registrados en Geofeminicidio, reflejan las fallas de las instituciones del Estado en la aplicación de las leyes, la falta de prevención de todas las violencia contra las mujeres y la opacidad en la información pública que trasciende en los medios de comunicación

Por Graciela Atencio

España, Madrid – Los cinco casos que hemos seleccionado en esta primera entrega de Feminicidios y otros asesinatos de mujeres en España, Informe 2014 nos permiten reconocer algunas de las grietas que provocaron la fractura del Estado de derecho en la vida de estas mujeres. La concatenación de actos de las historias, desde el momento del feminicidio o asesinato visto hacia atrás, como si hiciéramos un flashback o pusiéramos en práctica la analepsis -una técnica utilizada en literatura para recrear pasajes del pasado relacionados de manera abrupta con una situación del presente- nos lleva a identificar esas grietas. Veamos.

  • Doble feminicidio, íntimo e infantil. En España contamos con una Ley Integral de Violencia de Género considerada internacionalmente pionera en la materia, entre otras razones porque la redacción y el espíritu de la norma apuntan con claridad a la violencia contra las mujeres en el marco de la pareja como una cuestión pública, cualquier persona puede denunciar a un maltratador, el Estado puede actuar de oficio y está obligado a intervenir y activar todos los mecanismos de protección sobre las que están en riesgo de sufrir ataques en nombre del terrorismo machista. En enero de 2014 Leonarda presentó una denuncia de su puño y letra en los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid contra el novio de su exnuera, Adolfina, en la que advertía que el maltratador había amenazado de muerte a su pareja. Seis meses después, en agosto de 2014, la mujer se volvió a presentar en el mismo lugar y se enteró de que no habían tramitado su denuncia anterior; la oficina de reparto no había continuado con el trámite debido a que el funcionario judicial de turno no entendió la letra de la denuncia. Para entonces Adolfina, de 32 años, y su hija Argelys, de 10, ambas de nacionalidad dominicana, llevaban desaparecidas más de un mes mientras que el denunciado con nombre y apellidos, Raúl Álvarez del Rico, español y en paradero conocido por la policía, había ignorado públicamente la desaparición de su pareja y la niña y hasta había empezado una nueva relación con otra chica, esta vez de origen cubano. En noviembre pasado Raúl confesó que había asesinado y enterrado a ambas mujeres en un pozo cercano a una finca de su familia en Zamora.
  • Feminicidio no-íntimo. A unos metros del kilómetro cero de Madrid, la Puerta del Sol, una joven danesa fue asesinada y calcinada en un piso de alquiler turístico. Las pesquisas del feminicidio no tardaron en dar con el asesino, Dave Verbist, empleado de la empresa encargada de la administración de los inmuebles turísticos y un depredador sexual con un largo prontuario de agresiones sexuales en su país de origen, Bélgica. Un mes antes de cometer este feminicidio había sido detenido en Madrid por la agresión a una vecina con la que estaba obsesionado. En el episodio los padres de la joven evitaron que el ataque culminara en secuestro y -probablemente- violación o feminicidio, cuando encontraron al hombre golpeando la cabeza de la chica contra el piso. El juez del juzgado de guardia al que le tocó el caso desestimó la solicitud de la policía de investigar los antecedentes del agresor. Verbist cometió el feminicidio de la joven danesa unas semanas después de quedar en libertad. En su confesión a la policía, también declaró que en octubre de 2013 había asesinado y descuartizado a otra joven en Girona, ciudad en la que había vivido antes de radicarse en Madrid. El terrorista sexual habría cometido otras violaciones en Las Palmas, Canarias, y en Girona. Dave Verbist vivía en España desde el año 2000.
  • Asesinato de una mujer por robo. Dos hombres entraron a robar una vivienda en Cabanes, un pueblo de Girona. Los ladrones confundieron a la encargada de la recaudación con su cuñada Neus Juanola Juan, una anciana de 75 años que fue atada de pies y manos, brutalmente golpeada y abandonada fuera de la casa una noche fría de marzo. Los atracadores no se llevaron nada de la casa. La anciana murió a los pocos días en el hospital como consecuencia de la golpiza y la hipotermia sufridas. Uno de los atracadores fue Antonio García Carbonell, de 77 años, el primer preso común liberado por aplicación de la doctrina Parot. Había sido condenado a 270 años de prisión por decenas de violaciones y atracos violentos perpetrados en la década de los noventa, y después de 18 años de prisión obtuvo su libertad en octubre de 2013 con una advertencia de las fuerzas de seguridad carcelarias: Carbonell no se había rehabilitado. Un año después volvió a la cárcel por este asesinato.
  • Asesinato de una mujer por violencia comunitaria. La policía nacional Vanessa María Lage Carreira esperaba un chaleco antibalas desde 2012. Un viernes de finales de noviembre tuvo que hacerle frente a un atracador de una sucursal bancaria de Vigo. El hombre, con antecedentes penales, salía de la sucursal dispuesto a morir (se supo después por las noticias que padecía una enfermedad terminal) y utilizó a una rehén de escudo. Se resistió a entregarse y en el tiroteo se cruzó con Vanessa Lage, a la que disparó y mató en el acto. El compañero policía de Vanessa, en cambio, sobrevivió al tiroteo pese a haber sido herido de extrema gravedad. Él tenía chaleco antibalas y llevarlo puesto le salvó la vida. En el asalto también murió abatido el atracador. Este es uno de los dos asesinatos cometidos en España en el 2014 por violencia comunitaria.
  • Asesinato de un hombre, vinculado a un feminicidio íntimo. Hanae, una joven marroquí de 24 años, y su pareja Mustafá, también marroquí y de 30 años, fueron hallados sin vida en la vivienda familiar de la mujer. Hanae se había separado de Mbarak Lamjalakh, su anterior pareja, con el que tuvo dos hijos. El hombre se saltaba a su antojo desde hacia un mes una orden de alejamiento. Una noche de mayo se trepó por la fachada de la casa donde vivía su exmujer y entró por una de las ventanas. Mbarak, con oficio de matarife, degolló a Hanae y Mustafá, aunque con el hombre tuvo un ensañamiento mayor: le arrancó el pene y los testículos, y le desfiguró la cara. Posteriormente se ahorcó. Los niños, un varón de 8 años y una niña de cuatro, encontraron los cadáveres de su madre y su pareja en el dormitorio.

El feminicidio y la fractura del Estado de derecho

  • Las grietas se ven con claridad: en el caso del doble feminicidio, un funcionario de justicia tuvo el poder de activar la amenaza de la impunidad. ¿Qué habría pasado si la primera denuncia que presentó Leonarda contra el novio de su exnuera en los juzgados de Plaza de Castilla hubiese seguido su tramitación judicial? ¿Dónde queda el principio de igualdad en el acceso a la justicia cuando un o una funcionaria usa como excusa que la denunciante “no sabe escribir bien”?
  • En el caso de la joven danesa: ¿Cómo es posible que un juez subestimara el peligro que representaba el depredador sexual cuando atacó a una vecina de manera violenta y desoyera las recomendaciones de la policía de averiguar con rigor sus antecedentes penales?
  • Una anciana se topó con un hombre peligroso que había cumplido con su pena máxima de prisión sin haberse rehabilitado: ¿Por qué a un criminal de estas características la policía no lo vigiló en libertad? La mujer pagó con su vida el descuido judicial.
  • En el asesinato de la mujer policía que no llevaba chaleco antibalas, ¿esa situación acaso no la expuso directamente a perder su vida? Su compañero sobrevivió al tiroteo. Mujeres policías denunciaron que no podían utilizar chalecos antibalas para hombres porque no se adaptaban con seguridad a la anatomía de sus cuerpos.

La fractura del Estado de derecho se produce cuando las mujeres perdemos nuestros derechos o esos derechos no son reconocidos por un sistema democrático en el que la Justicia juega el rol no solo de juzgar delitos sino de prevenirlos y de reparar el daño. ¿Dónde queda la investigación judicial? ¿Por qué estos hechos suceden sin que haya sanciones administrativas para aquellas y aquellos funcionarios que actúan con negligencia? ¿Qué pasa cuando la Justicia no actúa con la debida diligencia? ¿Por qué se priva a las mujeres del derecho a ser informadas sobre la aplicación de las leyes?  ¿Quién controla al que controla (el Estado) la aplicación de las leyes? Las instituciones del Estado no son infalibles. ¿Qué pasa cuando el Estado falla?

“No pasa nada”, no puede ser la respuesta a estas preguntas. El feminicidio es el último eslabón de una serie de discriminaciones y violencias amparadas por las fallas del Estado -grietas-, que en su extremo de omisión incluso deja de actuar y se manifiesta un “Estado ausente”, al que se refiere Marcela Lagarde cuando relaciona los feminicidios con la impunidad.

Estos cinco casos que hemos seleccionado para introducir el breve relato de los 102 feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres en el 2014 son crímenes que podrían haberse evitado. Crímenes que no pueden pasar inadvertidos por la ciudadanía ni la sociedad civil organizada.

Reseña de casos: Noemí García Cabezas y Laura Rebolledo Génisson

Un hombre mata a su pareja y a la hija de esta y las entierra en un pozo

30/06/2014. Adolfina Puello Sánchez, 32 años, San Vicente de la Cabeza (Zamora, Castilla y León). Feminicidio íntimo. Cifra oficial.

30/06/2014. Argelys Leonela Sánchez Puello, 9 años, San Vicente de la Cabeza (Zamora, Castilla y León). Feminicidio infantil por conexión. Cifra no oficial.

Adolfina Sánchez Puello, de 32 años y origen dominicano y su hija Argelys Leonela Sánchez, de nueve años, desaparecieron el 30 de junio de 2014.

Adolfina había emigrado a España desde su país natal cuatro años atrás, después de que mataran a su marido en un asalto callejero. Al año de venirse se trajo a su hija y a su suegra, Leonarda Sánchez Robles. Trabajaba como prostituta en un piso de la calle General Martínez Campos, del barrio de Chamberí, en Madrid. Durante la semana su hija vivía en un internado y los fines de semana los pasaban juntas en la vivienda que Adolfina alquilaba en el barrio de Vallecas de Madrid [1]. Desde hacía tres años salía con Raúl Álvarez del Rico, un español de 30 años que vivía con sus padres, pero pasaba gran parte de su tiempo en el piso de su pareja. El hombre era mantenido por sus padres y Adolfina.

Raúl “era muy celoso y violento”, afirmaban una compañera de trabajo y Leonarda, la suegra de Adolfina. La joven dejó constancia en su diario de la preocupación que sentía por su seguridad y la de su hija [2]. Una amiga de Adolfina contó que Raúl se había enterado de que su pareja ejercía la prostitución; un día se presentó en el piso donde esta trabajaba y preguntó por ella a través del telefonillo, lo que aterrorizó a Adolfina, que pidió a su compañera que le dijese que se había confundido de piso. Leonarda, testigo del comportamiento violento de la pareja de su nuera, denunció a Raúl por malos tratos. Según cuenta, su nieta le tenía mucho miedo a la pareja de su madre. Este, además, había amenazado a Leonarda “con cortarle la cabeza” a Adolfina si lo dejaba. El 16 de enero de 2014 presentó la denuncia en un juzgado de guardia de Plaza de Castilla (en concreto en la oficina de reparto). En la denuncia constaban el nombre y los apellidos del maltratador [3].

El 30 de junio de 2014 Adolfina acompañaría a su hija al aeropuerto, la niña iba a pasar las vacaciones en República Dominicana junto a su familia materna. Leonarda, fue contactada por familiares de Adolfina desde República Dominicana, que se extrañaron de que la niña no llegase a destino; y también localizaron a una compañera de trabajo que dijo que Adolfina no se había presentado ese día. Madre e hija desaparecieron sin dejar rastro. La abuela fue a comisaría a denunciar la desaparición de su nieta y de su nuera. Ella sospechó desde un principio de Raúl porque, según dijo, este nunca presentó una denuncia por la desaparición. Raúl siguió haciendo vida normal. A su familia y amigos les contó que se había separado de Adolfina y que la joven y su hija habían regresado a República Dominicana. De hecho había empezado una nueva relación con una mujer cubana.

Leonarda, que no recibió ninguna respuesta por parte de la justicia en semanas, volvió a presentar seen agosto en los juzgados de Plaza de Castilla para ver qué pasaba y preguntar por su denuncia de enero, en la que figuraban los datos del maltratador; le contestaron que no había podido ser ratificada porque “no se entendía su letra”. “¿Por qué no me llamaron si no entendían mi letra?”, reclamó la mujer; su número de teléfono figuraba en la denuncia. En los juzgados le comunicaron que un abogado de oficio redactaría una nueva denuncia.

En octubre se incorporaron a las investigaciones agentes de la Sección de Homicidios y Desaparecidos de la UDEV Central. En la habitación de la niña se encontró el somier sin colchón y en la de la madre se halló la ropa metida en bolsas de basura. Gracias al posicionamiento del teléfono móvil de Adolfina (que Raúl reutilizó cambiándole la tarjeta) también averiguaron que el sospechoso había estado en San Vicente de la Cabeza, Zamora, el pueblo natal de su madre, un día después de la desaparición de la joven y la niña. Este dijo haber ido a visitar a sus padres, pero se pudo comprobar que ese día sus progenitores se encontraban en Madrid.

Raúl era sospechoso desde hacía tiempo debido a las contradicciones de sus declaraciones durante los interrogatorios, pero no había ninguna prueba contra él ni se habían hallado los cadáveres. Finalmente, el 24 de noviembre, tras meses de investigaciones policiales, fue detenido y acabó confesando el feminicidio de ambas. Primero intentó despistar a la policía indicando que había enterrado a las víctimas en el Parque de la Dehesa de la Villa de Madrid. Varios agentes de policía fueron con el feminicida al parque, pero unas horas más tarde se dieron cuenta de que los cadáveres no estaban allí. Al día siguiente decidieron trasladarse, junto con el victimario, a San Vicente de la Cabeza; y este, al darse cuenta de que la policía disponía de información fidedigna, terminó por confesar que había enterrado a madre e hija varios metros bajo tierra, en un pozo al margen del río Aliste, cercano a la casa familiar. Encontraron los dos cadáveres en avanzado estado de descomposición [4].

 

www.geofeminicidio.com: ID 1214 y 1215

Un depredador sexual mata a una mujer y confiesa el asesinato de otra

13/06/2014. Anne Strande Jensen, 27 años, Madrid (Comunidad de Madrid). Feminicidio no íntimo. Cifra no oficial.

El 13 de junio de 2014 hacia las 6.30 horas acudieron los bomberos a apagar un incendio en un apartamento situado en el número 2 de la calle Barcelona, cerca de la Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, alertados por un vecino. Dentro del piso encontraron el cuerpo sin vida de Anne Strande Jensen, de 27 años y origen danés. El fuego solo había afectado al dormitorio y el cadáver de la joven estaba sobre la cama, prácticamente calcinado.

Anne se había mudado a Madrid 11 días atrás desde Copenhague. En la capital española trabajaría para la compañía escandinava Scandinavian Tobacco Group y la vivienda donde fue hallada, era uno de los apartamentos turísticos que gestionaba la empresa Rent4Days.

La autopsia practicada al cadáver demostró que la víctima no había muerto ni por el fuego ni por inhalación del humo. Sus pulmones estaban limpios, lo que dejaba claro que ya había muerto cuando se inició el fuego. Anne Strande Jensen fue estrangulada con un cable de router en la madrugada del 12 al 13, y su victimario utilizó papel higiénico y aceite de oliva para prenderle fuego al cuerpo y hacer desaparecer posibles pistas [5].

La puerta del apartamento no estaba forzada y probablemente Anne dormía cuando se desencadenaron los hechos violentos, así que solo podía tratarse de alguien que dispusiese de llaves para entrar. Las investigaciones policiales llevaron hasta un empleado de Rent4Days: Dave Verbist, de 33 años y origen belga, que se había encargado del registro de Anne a su llegada. Verbist era el encargado de las reservas y el mantenimiento; vivía en el número 12 de la misma calle; tenía las llaves del apartamento; y sus huellas estaban por todas partes. A pesar de que ninguno de estos hechos de por sí podían incriminar a Verbist, a la policía le llamó la atención la información que encontraron del hombre cuando consultaron las bases de datos policiales. Verbist tenía antecedentes por agresiones sexuales, tanto en Bélgica como en España. El 7 de mayo, poco más de un mes antes del asesinato de la joven danesa, había sido detenido por la policía, acusado de un intento de agresión. Verbist había estado espiando a su vecina de 25 años y, una mañana, en cuanto tuvo la oportunidad, la atacó en el edificio donde ambos vivían. Aquella mañana la mujer había bajado a despedir a su hijo, y el agresor se abalanzó sobre ella, la agarró por el cuello y trató de meterla en su apartamento. Cuando la joven intentó defenderse, Verbist le golpeó la cabeza contra el suelo, hasta dejarla prácticamente inconsciente; pero no contó con que los padres de la joven se encontraban en el apartamento de su hija, y que estos oyeron los gritos de la joven y pudieron socorrerla antes de que ocurriese algo peor [6]. El juez de guardia no consideró el ataque lo suficientemente grave como para tomarle una muestra de ADN y revisar si su perfil figuraba en la base de datos de delincuentes sexuales. Puso a Verbist en libertad poco después.

Finalmente, la policía detuvo a Verbist el 18 de junio. En comisaría, además de reconocer el asesinato de Anne, confesó haber matado a una mujer en Girona unos meses antes. Se trataba de Montse Méndez Muciente, de 41 años, que había desaparecido en Girona la noche del 23 de octubre de 2013. Dave Verbist contó que él y su compañero de piso, Doramas Sánchez Martín, español de 28 años, conocieron a la mujer en un bar de Girona la noche del 23 de octubre de 2013 y que se fueron con ella al piso que compartían. Ya en el domicilio, y según lo declarado por Verbist, el compañero de piso se fue a dormir, y él se quedó con Montse bebiendo y consumiendo cocaína. Declaró haberla matado involuntariamente mientras mantenían relaciones sexuales con prácticas de asfixia. Después descuartizó el cuerpo de la víctima en la bañera y se deshizo de las distintas partes esparciéndolas por diferentes zonas boscosas de Girona. También dijo que su compañero de piso lo ayudó a deshacerse de las partes del cuerpo y a limpiar los restos de sangre en el piso. Doramas negó haber ayudado al asesino, en cambio reconoció que Verbist le había contado que había matado a Montse y que no se atrevió a denunciarlo por miedo. Sin embargo, Mostapha Cheppi y Judit Varela, pareja que compartía piso con la víctima, contaron que víctima y victimario se habían conocido anteriormente. Unos días antes de su desaparición la mujer había llevado a casa al belga y habrían mantenido relaciones sexuales. Volvieron a verlos juntos en una sucursal de La Caixa [7].

Según declaraciones del padre de Verbist al periódico Het Nieuwsblad, este creció en burdeles de Amberes. Comentó que su hijo estaba destinado al fracaso desde su nacimiento, que ya preveía que se convertiría en un delincuente juvenil y culpa de ello a la madre y a las autoridades belgas. También contó que madre e hijo vivían entre Bélgica y España, y que este decidió mudarse definitivamente a España en el año 2000 para escapar a investigaciones referentes a una serie de agresiones sexuales a varias mujeres en Bélgica [8]. Por otro lado, Verbist contó en comisaría que su padre había abusado de él cuando era pequeño [9].

Verbist había vivido en Las Palmas y Girona, donde trabajó como camarero en diferentes bares y hoteles, y donde, según sus propias declaraciones, habría agredido a varias mujeres. Vecinos del edificio de la calle Pare Coll, en el que Verbist vivía en Girona y donde asesinó a Montse Méndez, declararon que habían hecho una recogida de firmas para que fuese expulsado de su apartamento debido a su comportamiento incívico [10]. Finalmente se instaló en Madrid, tan solo unas semanas después de acabar con la vida de Montse Méndez.

 

www.geofeminicidio.com: ID 1155

Anciana recibe una paliza mortal en un intento de robo a manos de un depredador sexual recientemente liberado por la Doctrina Parot

04/03/2014. Neus Juanola Juan, 75 años, Cabanes (Girona, Cataluña). Asesinato de mujeres por robo. Cifra no oficial.

Neus Juanola Juan, de 75 años, fue encontrada por un trabajador de la empresa que regentaba la familia de la víctima el 28 de febrero sobre las 10.10 horas en estado de semiinconsciencia, con hipotermia y numerosos golpes en el cuerpo, en un terreno cercano a la casa de la anciana. Sus agresores, que actuaron con gran ensañamiento, la ataron de pies y manos, le metieron un calcetín en la boca y la arrastraron hasta el lugar donde, después de golpearla y pisotearla brutalmente, la dejaron abandonada en el lugar donde pasó la noche a la intemperie. Unos días después, el 4 de marzo, la anciana murió como consecuencia de los golpes y la hipotermia, sin poder dar detalles sobre lo acontecido [11].

Varios meses después, el 8 de enero de 2015, fue detenido Antonio García Carbonell, de 77 años y natural de Lleida, por el feminicidio de Neus Juanola Juan. También fueron detenidos Oriol Boyer, de 29 años, como cómplice, y un hombre, de 69 años y vecino de Figueras, como presunto encubridor. Antonio García Carbonell y Oriol Boyer fueron acusados de asesinato y enviados a prisión sin fianza. El tercer detenido se encuentra en libertad provisional, acusado de encubrimiento. Las investigaciones apuntan a que los asaltantes confundieron a la mujer con su cuñada, que era la encargada de llevarse la caja del negocio de su marido.

Antonio García Carbonell fue primer preso común liberado tras caer la doctrina Parot [12]. Había sido liberado tan solo cuatro meses antes de acabar con la vida de Neus Juanola Juan, el 24 de octubre de 2013, después de haber pasado 18 años en prisión de los 270 que le habían caído por violar y agredir a decenas de mujeres. Su modus operandi solía repetirse: junto a un compañero asaltaba a parejas en lugares desérticos a altas horas de la noche, los amenazaban con objetos contundentes o con una pistola, obligaban al hombre a salir del coche, violaban a la mujer y, por último, les robaban. Fue condenado a 228 años por 12 delitos de agresión sexual y varios robos violentos a mediados de los años 90.

En 1991, tras una oleada de violaciones ocurridas en Barcelona, Tarragona y Girona, Ahmed Toumouhi y Abderrazak Mounib, ambos de origen marroquí y sin ninguna relación previa entre ellos, fueron señalados en las ruedas de reconocimiento por las víctimas, lo que bastó para condenarlos injustamente. Cuatro años después se repitió una ola de violaciones que seguían el mismo patrón que las anteriores. Las víctimas identificaron de nuevo a los dos marroquíes como los violadores, pero estos se encontraban entre rejas. Carbonell fue finalmente arrestado. Reyes Benítez, un guardia civil que participó en las investigaciones de 1991 y 1995, al percatarse del gran parecido físico que existía entre Carbonell y Ahmed Tommouhi, decidió hacer una investigación por su cuenta. Unas pruebas de ADN de una de las violaciones de 1991 demostraron que Carbonell y alguien de su familia (que no llegó a ser identificado nunca) habían sido los responsables de esa violación. Los restos de ADN pertenecían a un caso ocurrido en 1991 en Olesa de Montserrat [13]. Carbonell y otro hombre, con quien compartía ADN, abordaron a una pareja que estaba dentro de un coche. Después de identificarse como policías, los golpearon con un palo, los llevaron a un almacén, los ataron de pies y manos y violaron a la joven por turnos. Al final le dieron a Carbonell otros 42 años en 1999 por esta violación [14].

Tanto Tommouhi como Mounib quedaron exculpados de ese caso, pero no de los otros, ya que no había nada que pudiese ser analizado, lo que imposibilitaba revocar una sentencia firme. Ahmed Tommouhi pasó 15 años en la cárcel por unos delitos que no había cometido; salió en el año 2006 sin haber recibido nunca el indulto. Abderrazak Mounib también pagó por los crímenes de Carbonell y, tras nueve años encerrado, murió de un infarto en la cárcel. A día de hoy no se ha reconocido la inocencia de ninguno de los dos.

Cuando García Carbonell fue liberado, los responsables penitenciarios aseguraron que, a pesar de los diversos programas de reinserción social que siguió, no se encontraba rehabilitado.

Pero Antonio García Carbonell no fue el único depredador sexual no rehabilitado excarcelado antes de tiempo por la derogación de la doctrina Parot. Pablo García Ribado, más conocido como el violador del portal, salió de la cárcel el 13 de noviembre de 2013, después de cumplir 17 años de los 1.721 a los que había sido condenado por 74 violaciones y ocho agresiones sexuales entre diciembre de 1990 y octubre de 1993. El 10 de octubre de 2014, tan solo 11 meses después de su excarcelación, fue detenido en la provincia de Guadalajara acusado de seis delitos sexuales, dos de ellos a menores de edad: se hacía pasar por fisioterapeuta y aprovechaba para violar a las mujeres. El 27 de noviembre el Juzgado de Instrucción número 3 de Guadalajara decretó su libertad provisional [15].

En abril de 2014 fue detenido y encarcelado Félix Vidal Anido, conocido como violador del estilete, cuatro meses después de salir de la cárcel, después de cumplir menos de 30 años de los 70 que le habían caído. Fue acusado de entrar en el domicilio de una mujer en Lugo, de ponerle un objeto en la sien para que no se moviese y de taparle la boca para impedir que gritase. Un hijo de la víctima se encontraba dentro de la vivienda, lo que hizo que el agresor saliese huyendo. Fue condenado a 21 meses de prisión, si bien el fiscal pedía nueve años.[16]

 

www.geofeminicidio.com: ID 1115

Un atracador dispara a una policía que muere en acto de servicio en Vigo porque no llevaba chaleco antibalas

28/11/2014. Vanessa María Lage Carreira, 36 años, Vigo (Pontevedra, Galicia). Asesinato de mujeres por violencia comunitaria. Cifra no oficial.

El viernes 28 de noviembre la policía nacional perteneciente a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) Vanessa María Lage Carreira, de 36 años, acudió con su compañero Vicente Alló Barona, de 41 años, a una sucursal bancaria en la calle Doctor Carracido de Vigo tras recibir una llamada de alerta. Se trataba de un atraco con rehenes, y el atracador, Enrique Lago Fariñas, de 52 años, tenía antecedentes penales por robo con violencia y tráfico de drogas. Cuando llegaron al lugar del atraco, el ladrón salía de la sucursal con una rehén a la que usaba como escudo. La mujer policía plantó cara al atracador y le pidió tranquilidad mientras él la apuntaba con su pistola. La mujer se vio envuelta en un tiroteo a cara descubierta, sin chaleco antibalas [17]. Vanessa llevaba esperando un chaleco antibalas desde 2012. Murió de un balazo. Su compañero, Vicente Alló Barona, que sí llevaba chaleco, acabó herido de gravedad y tuvieron que inducirle el coma para salvarle un pulmón, pero sobrevivió. El atracador, que tenía una enfermedad terminal, fue abatido y muerto por la policía en el momento de los hechos.

La muerte de Vanessa Lage avivó el debate sobre la escasez de medios de protección, en concreto de chalecos antibalas individuales, en la Policía. En mayo de 2014, la muerte de un policía en Málaga apuñalado por un mendigo ya había abierto el debate. Roberto González, secretario del Sindicato Unificado de la Policía en Galicia criticó la escasez de chalecos antibalas individuales. En 2012 la Dirección General de Policía anunció que se repartirían 20.500 chalecos en toda España. Según González, en Pontevedra solo se entregaron 110 chalecos para más de 1.000 policías. La situación sería muy similar en el resto del país. También denunció que se entregasen los chalecos “por criterios de antigüedad y no de operatividad” [18] y que los agentes de calle terminasen por tener que comprarse ellos mismos el chaleco (con un coste de 600 a 700 euros) [19].

El Gobierno de Galicia primero negó rotundamente que Vicente Alló llevase chaleco, pero 24 horas después anunció que existía la posibilidad de que sí lo llevase. Los sindicatos de la Policía Nacional de Vigo criticaron la postura del Gobierno y exigieron explicaciones [20]. Por otro lado, según la Unión Federal de Policía, la UPR de Vigo no disponía de ningún chaleco antibalas adaptado al cuerpo femenino a pesar de que había cuatro mujeres. Mujeres policías se habían quejado por tener que usar chalecos para hombres que no están adaptados al busto y, en consecuencia, las protegen menos [21].

 

www.geofeminicidio.com: ID 1219

Hombre asesinados en el contexto de Violencia de Género

05/05/2014. Mustafá, 30 años, Villarejo de Salvanés, (Madrid, Comunidad de Madrid).  (Asociado al feminicidio íntimo  05/05/2014. Hana Belhanafi, 23 años, Villarejo de Salvanés (Madrid, Comunidad de Madrid). Feminicidio íntimo. Cifra oficial.)

Mustafá, de 30 años y nacionalidad marroquí, y Hanae Belhanafi, de 24 años y nacionalidad marroquí también, eran la pareja desde hacía poco más de un mes. Hanae estaba separada oficialmente de Mbarak Lamjalakh, un matarife de 31 años y origen marroquí, desde marzo de 2014. Tenían dos hijos: un niño de ocho años y una niña de cuatro. Según una amiga de Hanae, Mbarak le pegaba y se gastaba el salario en máquinas y en fumar. Hanae aguantó mucho tiempo hasta que decidió denunciarlo a la Guardia Civil. Aunque Mbarak tenía una orden de alejamiento desde el 1 de abril, de vez en cuando se presentaba en casa de la mujer, llegando hasta el punto de colarse un día en la vivienda [22].

La noche del 5 de mayo de 2014 Mustafá se encontraba en el domicilio de su pareja, situado en la calle Clara de Palacios de Villarejo del Salvanés (Madrid). Esa noche Mbarak escaló la fachada y entró por una ventana en la vivienda de su exmujer. Ambos fueron degollados y apuñalados, y presentaban heridas defensivas en manos y brazos [23]. Con Mustafá el ensañamiento fue mayor, ya que, además de degollarlo, le desfiguró el rostro, le seccionó parte del pene y le cortó los testículos. Los cortes que presentaba su rostro impidieron su identificación y tuvo que ser identificado por las huellas dactilares [24]. Fue la hija de Hanae y Mbarak quien encontró los cadáveres en el dormitorio.

Después de casi 24 horas buscando a Mbarak, la Guardia Civil lo encontró ahorcado en un árbol en una zona agrícola del municipio de Mondéjar (Guadalajara), localidad donde vivían unos familiares del asesino.


[12] El 10 de julio de 2012, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenció que la Doctrina Parot violaba algunos artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos. El Gobierno español presentó un recurso, pero fue desestimado el 21 de octubre de 2013. La sentencia además determinaba que los presos liberados deben gozar de total libertad de movimientos, y debían seguir un protocolo de “vigilancia no invasiva”. Además no se les aplican las medidas con templadas en la reforma de Código Penal de 2010 que establece que los excarcelados tienen que someterse  a ciertas medidas de seguridad (como llevar dispositivos electrónicos o fichar en el juzgado) durante un periodo de tiempo.

http://www.teinteresa.es/espana/vida-ano-despues-doctrina-Parot_0_1224478224.html

 

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