En Madrid la lucha feminista está en la calle

Puede que no sea una manifestación mítica todavía aunque ya tiene su historia. Labrada en el tiempo al pulso de mujeres feministas que la dotaron de una singularidad, cada 8 de marzo, aunque se celebren decenas de actos y festejos por el Día Internacional de la Mujer, para las activistas de toda la vida, de todas las edades, las luchadoras anónimas y conocidas, cuidadoras, obreras, académicas, estudiantas, sindicalistas, migrantas… y aquellas que reivindican los derechos de las mujeres, esta es la madre de las celebraciones en Madrid.

Madrid 8 de marzo

Graciela Atencio

 

España, Madrid – Puede que no sea una manifestación mítica todavía aunque ya tiene su historia. Labrada en el tiempo al pulso de mujeres feministas que la dotaron de una singularidad, cada 8 de marzo, aunque se celebren decenas de actos y festejos por el Día Internacional de la Mujer, para las activistas de toda la vida, de todas las edades, las luchadoras anónimas y conocidas, cuidadoras, obreras, académicas, estudiantas, sindicalistas, migrantas… y aquellas que reivindican los derechos de las mujeres, esta es la madre de las celebraciones en Madrid. No es que sea la más importante, ni la más celebrada, ni la más difundida en los medios pero es la “mani” feminista, la que nos une en la calle. Vengamos de donde vengamos, ahí estamos cada año las feministas, las de la igualdad, las de la diferencia, las radicales, las transfeministas, las queer, las poscoloniales, las decoloniales, las feministas a secas, las feministas inclasificables, las postfeministas, ahora las “quincemayistas”, las no-feministas (que no es lo mismo que anti-feministas) y tantas otras como nos permitamos ensanchar los feminismos.

SIEMPRE HAY UN ANTES Y DESPUÉS DEL DICTADOR

Las mujeres pudieron salir a la calle en España a conmemorar su día después de que murió el dictador Francisco Franco. Estuvo prohibido mientras duró el régimen (1939-1975) y fue en 1977 que comenzó a celebrarse oficialmente, coincidiendo con el año de su reconocimiento por parte de la Asamblea General de la ONU.

En Madrid, la celebración del 8 de marzo de 1977 resultó un éxito, así lo contaba una crónica de El País: “…A las seis de la mañana de ayer comenzó el «dia feminista» en Madrid. Las primeras en aparecer en la calle, miembros del Frente de Liberación, lanzaron cuatrocientos globos y repartieron panfletos con diferentes consignas: «Abajo la prensa sexista», «Mujer, sal de tu cocina y organízate», «Anticonceptivos libres y gratuitos», «Mujer, lucha por tu liberación», etcétera. A lo largo de la mañana, y en diversos lugares de la ciudad, las feministas de la plataforma desarrollaron acciones de este tipo: propaganda escrita en papel y volante en globos”. El acto más importante fue de la Cooperativa del Tío Raimundo, en Vallecas: “Ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora: ni una mujer en la cárcel ni una mujer sin trabajo”, fue el lema que reunió a alrededor de mil asistentes. En el acto se resaltó la necesidad de que las mujeres alcanzaran la igualdad ante la ley y que las organizaciones feministas debían sostener sus propias reivindicaciones y su propia lucha.

En 1980 el principal festejo cobró la forma de marcha y congregó a más de 3.000 personas que se manifestaron desde Plaza de Castilla hasta Cuatro Caminos. Encabezaba la convocatoria la Plataforma de Organizaciones Feministas y contaba con el apoyo de diversos partidos políticos (PSOE, PCE, PTE, LCR y MC), centrales sindicales, organizaciones juveniles y del Frente de Liberación Homosexual de Castilla. En aquellos años, también la crisis económica golpeaba a España y las mujeres protestaban contra los expedientes de crisis y el trabajo temporal. Además, se solicitaba amnistía para las mujeres encarceladas por delitos específicos de su sexo; pedían educación sexual, anticonceptivos y aborto a cargo de la Seguridad Social. Las pancartas y las consignas se centraban en el derecho al aborto, las hoy tan coreadas y repetidas ante el riesgo de que se vuelva a prohibir el aborto con la nueva ley del PP: “Derecho a decidir”, “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, nacieron por esa época. Otras como “salir de las cocinas” y tener un trabajo remunerado, el reclamo de una ley del divorcio “sin culpables y no discriminatoria para la mujer” y contra el matrimonio: “solteras, solteras, toda la vida y siempre solteras” o “menos sacramento, mujeres al Parlamento”, nutrían las consignas femeninas.

A finales de los 80 se consolidó la manifestación principal del 8 de marzo y desde aquel entonces la cita es en la Plaza Jacinto Benavente que hasta el año pasado recorría la calle Atocha y finalizaba en Paseo del Prado.

2013: OTRA VEZ VUELVEN REIVINDICACIONES DE LOS 70

En el 2012 las medidas del gobierno del Partido Popular que afectan a las mujeres fueron el principal blanco de las críticas de la manifestación del 8 de marzo: la vuelta a la Ley de Supuestos para el aborto, el impacto de la crisis económica y la discriminación y violencia económica que padecen las mujeres y la reforma laboral. Destacaban en decenas de pancartas: “contra el patriarcado, revuelta feminista”, “ni un paso atrás por los derechos de las mujeres”, “ni recortes ni tiritas, revolución feminista”.

En el 2013, aunque esta tarde esté pronosticado lluvia, la “mani feminista” promete. El clásico de Madrid se renueva y modifica el que había sido su recorrido habitual. El cambio coincide con la renovación que viene sufriendo el movimiento feminista en los últimos años en España. Tuvo su protagonismo en el nacimiento del movimiento 15M, en mayo de 2011, pese a que en la Puerta del Sol, un indignado arrancó la pancarta: “La revolución será feminista o no será”, el rechazo de la mayoría que acampaba en la plaza, la inteligencia colectiva y un posicionamiento claro por parte de las feministas de no ceder ante una arremetida machista del movimiento, propició que se volviera a colgar la misma pancarta, cuya leyenda se multiplicó por decenas en toda la plaza.

Es por eso que tiene sentido que la marcha se inicie en Jacinto Benavente, se encamine hacia la Puerta del Sol por la calle Carretas y luego continúe por Alcalá hasta Banco de España-Cibeles. La manifestación no solo se extiende, sino que se expande gracias a aliados y aliadas del movimiento feminista que acompañan el fortalecimiento de las reivindicaciones”, tal como señalan la Comisión 8 de marzo de Madrid, encargada de la convocatoria de la manifestación. De unos años a esta parte, ha aumentado la presencia de hombres feministas o que demandan la deconstrucción de una masculinidad que promueva la igualdad entre hombres y mujeres, también la de grupos ecologistas y de derechos humanos cercanos a movimientos sociales críticos con el patriarcado/capitalismo.

Este año además, la Comisión 8 de marzo, organizadora de la manifestación, ha conseguido elaborar un Manifiesto por consenso, con acuerdos de mínimos entre todas las organizaciones participantes, entre los que destacan: la visibilización de los “ataques” y el “retroceso de los derechos de las mujeres” de las políticas del PP y la arremetida del “sistema Neoliberal Heteropatriarcal”. Las organizaciones firmantes denuncian el desmantelamiento del Estado de bienestar, los recortes y el peligro de la desaparición de las políticas de igualdad y el rechazo a la ley del aborto. También exigen un Estado laico: “Fuera los rosarios de nuestros ovarios”, no pagar la deuda externa que está llevando a la pobreza, miseria y muerte a un sector de la ciudadanía entre las que corren un mayor riesgo las mujeres y una vida libre de violencias.

La marcha estará amenizada por la Samba 8 de marzo, una batucada integrada por entre 80 y 100 mujeres que cada año, desde el 2008, toca durante todo el trayecto de la manifestación. En esta ocasión, se incorpora un grupo de bailarinas que acompañarán a las o los manifestantes, así se intercalarán pases de batucada, baile y consignas feministas. También el colectivo Tejedoras ha preparado una performance y han recopilado un “Misal Antipatriarcal” que también incluye “Salmos libertinos y otros cantares”.

La manifestación también promete, no solo porque nos vemos cada año muchas de las que participamos en el activismo de calle en Madrid, sino porque nos divertimos y celebramos una lucha, que a pesar de que es como el Chachachá -”dos pasitos pa´delante, un pasito pa´tras”- nos mantiene vivas, fuertes, unidas y en un movimiento que tiene a la vida en el centro y que ha revolucionado al mundo en algo más de dos siglos sin pegar un solo tiro, haciendo a las sociedades más justas, más igualitarias y más dignas.

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