Murió la verdad: ¡Viva el feminismo!

Llevábamos semanas postergando este momento. Lo cierto es que Feminicidio.net entró en un coma inducido a finales de 2015. En diciembre pasado teníamos dos alternativas: paralizar el proyecto totalmente o continuar con una situación de insostenibilidad que arrastrábamos desde mediados de 2012, cuando nos quedamos sin fondos para mantener el pilar sobre el que se articula el proyecto, la base de datos del feminicidio en España. En este artículo ponemos la primera piedra de una despedida y el fin de un ciclo. También contamos las dificultades que nos hemos encontrado para desarrollar el proyecto y anunciamos un nuevo modelo de sostenibilidad que haría posible la continuidad de Feminicidio.net. Gracias por habernos acompañado hasta aquí.

 

España, Madrid – Llevábamos semanas postergando este momento. Lo cierto es que Feminicidio.net entró en un coma inducido a finales de 2015. En diciembre pasado teníamos dos alternativas: paralizar el proyecto totalmente o continuar con una situación de insostenibilidad que arrastrábamos desde mediados de 2012, cuando nos quedamos sin fondos para mantener el pilar sobre el que se articula el proyecto; por un lado, la base de datos del feminicidio en España; y por otro, el desarrollo de todas las líneas de trabajo desplegadas alrededor del portal de información: producción y publicación de artículos sobre las distintas violencias contra las mujeres; campañas de sensibilización y de incidencia política; y la plataforma de formación online y presencial.

Entre 2012 y 2015 nos presentamos a una veintena de subvenciones y ayudas públicas en el Estado español y en la Unión Europea focalizadas en la sostenibilidad de la base de datos del feminicidio en España y en países de América Latina. El esfuerzo y energía canalizados en esa tarea resultaron infructuosos y desalentadores. En estos años nos hemos topado con la indiferencia y el rechazo de las instituciones encargadas de la concesión de fondos. Por nuestra experiencia, el modelo actual de ayudas sociales en el Estado neoliberal (basado en los recortes del austericidio) está diseñado para que sobrevivan sólo las grandes organizaciones -y esto lo manifiesto sin ánimo de señalar o culpabilizar a dichas instituciones-. Para poder acceder a fondos públicos se necesita tener una infraestructura que se aboque solamente a eso: búsqueda, solicitud, obtención y seguimiento de proyectos de financiación, y cumplir con una cadena de requisitos que pueden llegar a ser auténticos códigos cifrados. En algunos casos se trata de una carrera de obstáculos o una emulación de la novela de Kafka, El Castillo, en la que el personaje principal, K., intenta lidiar con una burocracia opresiva y alienante, que raya el absurdo. Eso sin contar con que algunas entidades como el Instituto de la Mujer han ejercido en estos años un maltrato institucional sin disimulo contra asociaciones de mujeres. El Gobierno del PP se ha comportado como si fuese el dueño del Estado y los fondos públicos le pertenecieran.

Es absurdo que haya que dejar de lado una causa social porque depende de que se consigan fondos que permitan su realización. El mecanismo o dispositivo de control social de los agentes de cambio, como pueden llegar a ser las ONG (esto depende desde el cristal desde donde se las mire, de los fines, ergo, de en qué lugar está cada ONG frente al poder) acaba por convertir la causa en conseguir fondos para la misma. Y nada más. Lo explico de manera simplificada, lo sé, pero es que nosotras no hemos querido estar ahí aunque en ocasiones el sistema nos intentara imponer que sólo desde ese lugar se puede… ¿Qué es lo que se puede hacer frente a la mercantilización e instrumentalización de la vida?

El capitalismo es un sistema económico que impregna la subjetividad, las emociones y las relaciones afectivas hasta un punto en el que perdemos el sentido de compartir. ¿Cómo construir lo común desde una concepción no capitalista de la vida? ¿Cómo salir del individualismo y la competencia?

Resalto aprendizajes de esta imposibilidad que se volvió posible el tiempo que duró -como casi todo lo humano, siempre se parte de la incertidumbre y del riesgo de la imposibilidad-. Hay un tipo de riqueza denostada por la “sociedad líquida”, que diría Bauman, que permite el desarrollo de cierto tipo de creatividad motivada por la reducción drástica de la necesidad. La reducción drástica de la necesidad es un gran motor de resistencia y le puede dar un sentido de no-mercancía a lo que se hace: el fin no era conseguir fondos sino avanzar en el proyecto por fases y luego sostenerlo económicamente. En realidad, la ausencia de financiamiento hizo del proyecto parte de su razón de ser. Las ayudas nunca llegaron y, claro, esa situación prolongada en un lapso de varios años provocó un desgaste en el equipo de trabajo, que sorteamos, a veces con estoicismo, otras con angustia y estrés, pero siempre con entusiasmo y profesionalismo. Convencidas de lo que hacíamos.

Asumir que Feminicidio.net corría el riesgo de acabarse como proyecto no fue fácil, pero ese momento llegó a mediados de 2015. Las integrantes de la junta directiva de Otro Tiempo -asociación desde la que lo concebimos y construimos su estructura- tomamos la decisión de que Feminicidio.net se escindiera de Otro Tiempo e iniciara un camino solitario, proceso que comenzó a principios de este año y que culminará a finales de 2016. El primer paso fue disolver el staff, triste pero inevitable.

Gracias a las personas que formaban parte del trabajo compartido, el proyecto creció con un marco devastador, el de la España oscurantista, gobernada por criminales de cuello blanco y élites malvadas, aferrados a lo que se hunde: el neoliberalismo; con una gran parte de la sociedad a la que no le importa la corrupción sistémica, la falta de democracia, la crisis de representatividad, el austericidio que mata de tantas formas… Quizás el riesgo del fin de este proyecto tenga que ver con ese contexto. El robo, la codicia, la usura y la especulación fabrican despojos por doquier.

Un adiós puede ser una forma de fortalecer un logro. Hace siete años cinco amigas fundamos la asociación Otro Tiempo, un año después nacía Feminicidio.net. Un nombre y su carga simbólica, un nombre y su significado. ¿Cómo sería vivir en otro sistema, más allá del patriarcado y del capitalismo?  El nombre de Otro Tiempo se inspiró en estos versos de un poema de Adrienne Rich: “el objeto de mi exploración: / el naufragio y no la historia del naufragio / la cosa misma y no el mito…”. Soy consciente de que es imposible pensarse fuera del patriarcado pero el intento nos lleva a explorar su naufragio. Quizás sólo seamos capaces de soñar otro tiempo sin llegar a vivirlo, quizás la añoranza de un registro vital desconocido sea un deseo colectivo tan poderoso que se proyecte en un imaginario novedoso, ajeno al paradigma de la dominación.

El camino solitario que emprende Feminicidio.net nos empuja a un escenario en el que se plantean dos alternativas: 1) Culminar con el proyecto en junio de 2016. 2) Alcanzar la vía de autofinanciamiento a través de aportaciones de pequeñas mecenas, elaboración de informes sobre el feminicidio en España y la búsqueda de patrocinadores y alianzas comunitarias y cooperativas con ONG e instituciones públicas dedicadas a la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

Tenemos un hándicap importante: el tiempo. Si no estuviéramos en esta situación extrema de precariedad, podríamos sortear una espera de al menos un año en la consolidación del nuevo modelo, pero el problema es que el proyecto necesita, funcionando en mínimos, de tres puestos de trabajo a jornada completa. Vamos a asumir el compromiso de documentar y sostener la base de datos hasta mediados de 2016.

Debido a esta situación, la semana que viene lanzamos la campaña de captación de pequeñas mecenas que durará cuatro meses para intentar despejar la incertidumbre sobre la continuidad del proyecto. Si la campaña de captación de mecenazgo funciona, seguiremos con el proyecto. Si no funciona o funciona a medias, garantizaremos la elaboración del Informe del Feminicidio en España del 2015 y el recuento actualizado de casos del 2016 hasta mediados de este año. Todo depende del número de mecenas que nos apoyen y de las posibles alianzas intrafeministas y con organizaciones sociales que consigamos. Convivir con esa duda nos da cierto alivio que debiera ser parte del nuevo paradigma. El mañana no existe pero necesitamos creer en él y fabricarnos sueños. Nuestros sueños nos protegen del temor al fracaso. Y por eso, deseamos poder seguir.

En estos seis años hemos buceado hasta donde nuestros nombres no aparecen. Uno a uno los hemos enumerado, clasificado y conservado en la máquina de la memoria, Geofeminicidio. Feminicidio.net no nació como respuesta a la genealogía de la memoria sino como una pregunta hilvanada sobre la arqueología del olvido. “Lo que no se nombra no existe” es casi un dogma de fe en el patriarcado. En ese libro de mitos en el que no estamos las mujeres, si hurgamos en la arqueología del olvido emerge el feminicidio, el asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres que, aún hoy, en el siglo XXI, sigue siendo negado por las mayorías sociales de todas las culturas.

Este proyecto social es el síntoma de esa negación por parte de los grandes medios de comunicación, la sociedad y el Estado.

Ponerle nombre a cada tipo de crimen dentro de un concepto y una categoría como el feminicidio nos sirve para subclasificar la forma más extrema de las violencias cometidas contra las mujeres. La discusión de las cifras oficiales versus las cifras elaboradas por las organizaciones de mujeres nos plantea que todavía no hemos llegado a un consenso social mayoritario de reconocimiento de todas las violencias machistas. Ahí es donde cobra sentido contabilizar, documentar sus casos, estudiar, investigar y abrir el debate a distintos ámbitos, sociales, culturales y académicos. Y luego debemos intentar darles a todas las mujeres asesinadas por la violencia patriarcal el lugar de vidas perdidas con el derecho a ser lloradas. Y que exista justicia y reparación para ellas. Se trata de tres cuestiones fundamentales a tener en cuenta en el cambio de mentalidad hacia la cultura del buen trato: conciencia social sobre la barbarie del feminicidio, duelo público y memoria histórica.

En Feminicidio.net contamos para no olvidar y lo hacemos públicamente para no olvidar colectivamente. Toda muerte violenta es una muerte pública. Esas mujeres asesinadas no solo merecen un duelo de familiares y otros seres queridos. También merecen un duelo público. Sin duelo público no hay memoria ni conciencia social. Sin duelo público le cerramos la puerta a una meta feminista, la erradicación de la violencia patriarcal.

En estos dos últimos años me ha acompañado en la memoria la imagen del grabado 79, de la serie Los Desastres de la Guerra, que Goya realizó entre 1808 y 1815. La obra entera es un documento de denuncia política que muestra con minuciosidad los horrores de la Guerra de la Independencia española. Este grabado pertenece a la tercera y última parte, Caprichos enfáticos (estampas 65 a 80), referidos al periodo absolutista tras el regreso de Fernando VII. En la escena de la estampa yace muerta una mujer con un vestido blanco y los pechos desnudos, una alegoría de la verdad. Alrededor podemos observar a sus enterradores, unos clérigos, y en el centro de la escena un obispo oficia la ceremonia del entierro. A su derecha, otra mujer representa a la justicia, sujeta una balanza en su mano izquierda y llora desconsoladamente la muerte de la verdad. La mujer muerta también podría representar a la Constitución de 1812, los rayos de luz que emanan de su cuerpo indican que todavía sigue viva y que pese al empeño de los absolutistas en enterrarla ésta se resiste y pronto revivirá. Muchas veces me he preguntado cómo hubiese pintado Goya la España actual. Dos siglos después los privilegios de la nobleza, el clero, y las élites que rodean a ambos, continúan en el centro de la escena.

Tal vez tengamos que crear nuevas estrategias y acciones destinadas a desenterrar la Verdad y a detener el llanto desconsolado de la Justicia. Esta vez el feminismo cumplirá un rol clave en esa gesta.

Gracias por habernos acompañado hasta aquí.

Murió la verdad: ¡Viva el feminismo!

Graciela Atencio

Madrid, 20 de Febrero de 2016.

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